El pozole es uno de los platillos más queridos en Puebla, especialmente durante el mes de septiembre, cuando se celebra la independencia de México. Este guiso tradicional, conocido por su sabor reconfortante, está hecho a base de maíz cacahuacintle, carne (tradicionalmente de cerdo), y se acompaña de lechuga, rábano, cebolla, chile y orégano. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es el origen histórico del pozole en Puebla?



¿Cuál es el origen histórico del pozole?

Para entender el profundo significado del pozole en Puebla, es esencial retroceder a la época prehispánica. El pozole, tal como lo conocemos hoy, tiene raíces sorprendentes que datan de rituales antiguos en México. En aquel tiempo, el pozole era preparado con carne humana como parte de ceremonias religiosas dedicadas a los dioses, como Xipe Tótec, el dios de la fertilidad y la regeneración del maíz.



¿Cómo era el pozole en la época prehispánica?

En el México prehispánico, el pozole se conocía como tlacatlaolli, que significa "maíz de hombre" en náhuatl. Este platillo se elaboraba con maíz, agua y un pedazo de carne humana. Los rituales incluían el sacrificio de prisioneros o voluntarios, quienes eran ofrecidos a los dioses en ceremonias que creían necesarias para mantener el equilibrio del universo y la fertilidad de la tierra.

¿Qué significaba el sacrificio humano en los rituales antiguos?

El sacrificio humano en estos rituales no era visto como un acto de crueldad, sino como una forma de ofrenda vital para los dioses. La sangre y el corazón de los sacrificados eran considerados esenciales para la revitalización y la energía que mantenía la vida y la naturaleza. Los guerreros capturados o voluntarios se ofrecían para estos sacrificios, viendo el acto como un honor.

Hoy en día, el pozole ha evolucionado y se ha convertido en un platillo popular en Puebla y en toda México. Aunque ha cambiado mucho desde sus orígenes prehispánicos, sigue siendo una comida simbólica que une a las familias y celebra la tradición en el mes patrio.